La transición es la traición a la democracia. España es el único país del mundo donde no se ha juzgado a los responsables de la dictadura fascista. Uno más que ha muerto, una oportunidad menos de haberlo juzgado.
Quien mejor lo expresa es Juan Carlos Monedero
en su blog, que transcribo integro porque creo que hay que difundirlo. Basta ya de hipocresía:
"Lástima que los jueces argentinos no hayan tenido tiempo de juzgar a
quien tanto hizo por la dictadura en España. Lo que nos hubiera gustado
juzgarte por cómplice de genocidio. Te vas entre ruinas. Las de los
tuyos. Las de la España que nos has legado. Incluso con mayoría
absoluta. La ruina que construiste toda tu vida. Una ruina que medimos
con parámetros de democracia. Otros te miden con reglas de dictadura. Y
te ven grande.
Hoy, cuando siguen muriéndose en el anonimato españoles y españolas
que se jugaron todo por defender la democracia, tú eres el ensalzado. Y
eso nos obliga a recordar quien en verdad eras. ¿A quién no le pesa tu
apoyo decidido a la dictadura cuando valora tu persona? Te defienden
asesinos con los que tienes un aire de familia (¿cuántas sentencias de
muerte firmaste en los gobiernos de Franco?). O hijos de asesinos. Quizá
también algún despistado. Imbéciles nunca han faltado. Aunque el grueso
de tu recuerdo viene de tus comilitones de la guerra civil. Matasteis
mucho. Como para olvidaros.
Estás a la altura de tu adorado Franco, de tu respetado Pinochet (¡cómo
te moviste para que Garzón no lo juzgara!), de Videla. Te pusiste al
lado de la escoria del siglo XX. Nos hubiera gustado verte encarcelado,
juzgado, acusado. Arrepentido no, porque siempre despreciaste a los
demócratas. Tú eres de los que no se arrepienten. Tanto odiabas. A las
mujeres a las que rapaste la cabeza por que siempre fuiste muy hombre, a
los militantes a los que contribuiste a asesinar, a la gente honrada a
la que insultaste incluso después de muertos. Tú justificaste el
asesinato de Grimau. Todo un padre de la Constitución celebrando el
asesinato extrajudicial de un tipo cuyo delito fue defender la
democracia. Qué lástima que no haya vida después de la muerte para que
te cobren tanta infamia. Aunque quitarais todos los recuerdos de la
Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol la memoria es
perseverante. Ahí mismo, en Sol, está la memoria de los que ayudaste a
asesinar.
Te mueres pero no olvidamos. Te va a acompañar siempre nuestra memoria.
Como cómplice de asesinos. Como franquista. Como arrogante. La calle era
tuya. Nuestro es el desprecio. Dijiste que había que reprimir con mano
dura en Vitoria. Y llenaste Vitoria de muertos. Cuánta muerte te ha
acompañado siempre.
Pero no creas que nos quitas sosiego. No vamos a pensarte mucho. Sólo
hoy, que te querrán ensalzar. Nosotros, hoy, en cambio, agradecemos a
los que lucharon por la democracia. A los que tú asesinaste. A los que
quisiste condenar al olvido. A los que encarcelaste, golpeaste,
espiaste. En Alemania, cuando cayó el comunismo, todo el mundo pudo ver
sus archivos policiales. Aquí no nos dejan hacerlo. Saldrías mucho en
esos papeles. Persiguiendo demócratas. ¿Te tenemos que recordar como un
padre de la patria?
Estas palabras son para que nadie se engañe. Cuando los mercenarios te
ensalcen, nosotros dejamos claro nuestro desprecio por todo el daño que
hiciste. La democracia no debe celebrar a los que han luchado contra la
democracia. Aunque haya que recordarlo precisamente hoy, que te empeñas
en marcharte haciendo ruido.
Toda muerte es una derrota. Incluso la tuya. No me alegro de que hayas muerto.
Pero no nos engañamos. Ha muerto un aprovechado cuyo principal interés
fue él mismo, un autoritario, un arrogante, un fascista. Alguien al que
le debemos buena parte de lo peor de la Constitución, lo que la hace
menos democrática (el papel del ejército, la monarquía, el sistema
electoral, el catolicismo, el apoyo a la escuela privada…). Y si por ti
fuera, no hubiéramos tenido ni divorcio ni las mujeres derecho alguno.
Que tu dios te recoja y te pida cuentas. Por cada inocente que
humillaste, por cada demócrata que mancillaste, por cada persona honrada
que insultaste. Que te dure la eternidad el pago por tu vida haciendo
daño.
Nos vamos a acordar de todo el dolor que causaste. ¿Que embridaste a la
derecha? Es decir, tenemos que estaros agradecidos porque decidisteis
seguir mandando también en la democracia.
Veo sonreír a las mujeres de los mineros a las que cortaste el pelo para
humillarlas…Te tienen lástima. Incluso después de muerto.
Porque somos mucho mejores que vosotros.
Que la tierra te sea leve.
Mucho más de lo que nunca nos deseaste.
Y gracias por recordarnos que tenemos que seguir peleando. ¿Qué
democracia vamos a tener mientras siga este relato de la Transición que
confunde los papeles?